Este sábado 28 de junio de 2008 me levanté cerca de las diez de la mañana (¡qué pereza!), con cierta calma y con una rara emoción de nostalgia en mi interior. La tarde anterior di aviso de que no podría asistir a la estación para hacer mi sección en el programa de radio de todos los fines de semana, justificándolo con supuestos compromisos familiares adquiridos fuera de la ciudad. La verdad es que el sábado iría al aniversario número 30 de la Marcha del Orgullo Gay en México. ¡Curioso!, hace 30 años -cuando fui a la primera marcha que se realizó para recordar los diez años del movimiento estudiantil y el inicio del de liberación homosexual-, también tuve que inventar un pretexto creíble (pero en esa ocasión hubo que convencer a mis padres). ¡30 años han pasado!...., y yo aún teniendo que inventar pretextos.

Decidí que no asistiría al evento inicial del aniversario número 30 de la ahora Marcha del Orgullo LGBTT, para no contaminarme con los discursos políticos que seguramente se pronunciarían al pie de la Columna de la Independencia. Tampoco me organicé con amigos para ir a la celebración. Quise hacer de esta fecha una buena ocasión para meditar y reflexionar en lo personal -en comunión conmigo mismo- respecto del paso de 30 años desde aquella tarde en que, un muchacho de 18 años, acompañado por su hermana y dos de sus mejores amigos, caminó a lado de casi un centenar de valientes personas, desafiante, por la avenida Paseo de la Reforma -desde los Leones de Chapultepec y hasta el Ángel-, mostrando con orgullo (y cierto miedo, debo confesarlo) su sentido de pertenencia a una comunidad y la legitimidad de una manera de sentir y vivir diferente.

Así pues, tomé mis cámaras y mi I-Pod, me apliqué protector solar, guardé un par de botellitas de agua en mi mochila y me dirigí al punto de partida de la marcha del orgullo gay. Cuando llegué a la Columna de la Independencia el acto político ya había concluido y la marcha comenzaba a avanzar. Sólo supe de lo que se dijo durante el mitin por lo que leí los periódicos a la mañana siguiente:


 

 

 

  • Expresan miles su postura para combatir la homofobia; desafían ayer más de 200 mil

Reforma / Rafael Cabrera/ Ciudad de México  (29 de junio de 2008).-

La historia comenzó hace 30 años, cuando 40 personas integraron la primera marcha gay en México, y ayer a las diversas luchas y demandas lograron sumarse 200 mil personas para combatir la homofobia.

En un hecho histórico, la Marcha Gay, Lésbico, Bisexual y Transexual logró convocar a miles de personas, de diferentes creencias, ideologías y orientaciones sexuales, quienes demandaron eliminar la homofobia y que se reconozcan sus derechos, con equidad al resto de la población.

"En 1978, salieron 40 personas a marchar y poco a poco se fueron uniendo otras, para sumar 150, además, no los dejaron marchar sobre Reforma, sino que la Policía los desvió por otras calles.

"Las 200 mil personas que hoy vimos marchando son un logro y un orgullo para nuestra sociedad, pues la demanda sigue siendo la misma:
sin libertad sexual, no puede existir libertad política", afirmó Lel Kin Castañeda, presidenta del Comité Orgullo México (COMAC) grupo organizador de la marcha.

El cumpleaños 30 de la Marcha Gay logró reunir a más de 120 organizaciones civiles que marcharon del Ángel de la Independencia al Zócalo del DF, y que fueron respaldadas por unos 90 vehículos de diversas asociaciones o antros destinados a la población lésbico gay.

La marcha tomó un cariz político en sus demandas, exigieron al Gobierno del DF
impulsar políticas reales para combatir la homofobia y que la Cámara de Diputados y El Congreso de la Unión den continuidad al debate de las iniciativas de ley para reconocer la identidad jurídica de los transexuales.

"Para garantizar que en este País se dejen de tomar decisiones a partir de los valores morales y religiosos, exigimos el
respeto al Estado laico, que parece burlado por el Presidente Felipe Calderón, al vetar la promulgación del 17 de junio como día nacional contra la homofobia", expresó Castañeda.

La marcha estuvo encabezada por un contingente integrado por los activistas que en 1978 se manifestaron por primera vez, como Ignacio Álvarez y Javier Lizárraga, quienes expresaron que la manifestación debe recuperar su sentido político y social para conseguir mayores derechos para la comunidad homosexual.

También participaron personajes clave en la lucha de los derechos sexuales en México, como la impulsora de la ley de Sociedades de Convivencia, Enoé Uranga; los primeros candidatos homosexuales a un cargo de diputación como Max Mejía y Claudia Hinojosa; además de la ex diputada Patria Jiménez y el presidente de la Comisión de derechos Humanos del DF, Emilio Álvarez Icaza.

Entre las banderas de arcoiris, los globos y los disfraces de los manifestantes, se mezclaron las pancartas y los cartelones para exigir un freno a la homofobia que se vive en el DF y en el interior del País.

En los contingentes hubo participantes de asociaciones de Oaxaca, Guadalajara, Estado de México, Puebla y Chihuahua.

Javier Lizárraga expresó que en 30 años de lucha, los resultados aún tienen pocos alcances, pues la ley de Sociedades de Convivencia tiene limitaciones y no garantiza a las parejas homosexuales el derecho a compartir la seguridad social o los créditos de vivienda.

"Es necesario que la Cámara de Diputados y la Asamblea del DF impulsen la ley de Identidad de Género, para que las personas transexuales dejen de vivir como indocumentados en su propio País", expresó el activista e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

En la marcha participaron menores de edad, adultos mayores y padres de familia que exigen respeto para sus hijos.

   

   

 

Encabezan la celebración los pioneros del desfile que salieron a las calles en 1978

Cumple la Marcha Lésbico Gay 30 años, entre algarabía y demandas

Participantes exigen que les reconozcan sus derechos laborales, a la salud y a la libertad sexual

■ Debemos trabajar para tener un país con lugar para todos y todas, indica Emilio Álvarez Icaza

Ángeles Cruz Martínez / 29 de junio de 2008

El festejo por 30 años de orgullo y por la aún vigente lucha en favor de la equidad, marcó ayer la XXX Marcha Lésbico, Gay, Bisexual y Transgénero, en la que que además de las demandas por el reconocimiento a los derechos laborales, a la salud y a la libertad sexual, los asistentes también se pronunciaron en contra de la privatización del petróleo y la militarización del país.

Han sido tres décadas en las que progresivamente desaparecieron el miedo a la represión, el encarcelamiento o incluso a la muerte, por tener una preferencia sexual diferente a la heterosexual. Una marcha de las dimensiones como la de ayer, no habría sido posible en 1978, cuando un reducido grupo de hombres y mujeres salió por primera vez a la calle, recordó Juan Jacobo Hernández, dirigente de Colectivo Sol.

Aunque son muchos todavía los que mueren víctimas de la homofobia y la intolerancia, ya no es como antes que “nos perseguían, nos encarcelaban y era difícil salir. El gobierno tenía intervenidos nuestros teléfonos y muchos de nuestros amigos y compañeros fueron asesinados”, señaló Violeta, fundadora del movimiento lésbico en el país. De inmediato evocó a Francisco Estrada Valle, fundador de Ave de México, asesinado en julio de 1992, hecho aún sin aclarar.

La integrante de la organización Lamda reconoció que hay avances como el reconocimiento de las sociedades de convivencia. Pero, dijo, es insuficiente porque las parejas gays carecen de acceso a la seguridad social y respeto a la herencia, por ejemplo.

Fue una fiesta alegre, simbólica por el tiempo que ha transcurrido y en la que destacó la algarabía de los más jóvenes, hombres y mujeres que con gritos, música y baile hicieron patente su decisión de vivir en plenitud “como realmente somos”.

Ya casi una tradición es la presencia de padres y madres de gays y lesbianas que expresaron el apoyo a sus hijos, porque “el amor vence a la homofobia” y porque “las familias diversas hacemos la diferencia”.

La movilización inició poco después del mediodía, luego del mensaje del presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza, quien respaldó la lucha por la defensa de las garantías de lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros. Las sociedades de convivencia, dijo, fueron un pequeño paso. “Tenemos que seguir para que sean respetados en su dignidad y para que tengamos un país con lugar para todos y todas”.

Vino la cuenta regresiva para el inicio de la caminata, que esta vez fue encabezada por el “contingente histórico”, algunos de quienes por primera vez marcharon hace 30 años. Salieron de la glorieta del Ángel de la Independencia en Paseo de la Reforma y se dirigieron al Zócalo, en una marcha que se prolongó por más de tres horas.

Muchos fueron los participantes y muchos también los observadores homosexuales y heterosexuales en ambas aceras de las avenidas por donde pasó el contingente. “Lesbianas y homosexuales estamos en todas partes” y “no hay libertad política si no hay libertad sexual”, corearon los grupos de organizaciones civiles, estudiantes de la UNAM, el Politécnico, la Autónoma Metropolitana, la Pedagógica Nacional, la Autónoma de la Ciudad de México,e incluso de un colegio privado.

La marcha también fue aprovechada para levantar la primera Encuesta del Orgullo y Diversidad Sexual, que se realiza a nivel mundial, así como para que el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/sida (Censida) ofreciera a la población la prueba rápida de detección y distribuyera 100 mil condones.

En el Zócalo, los organizadores exigieron al Ejecutivo federal declarar el 17 de mayo como el Día Nacional contra la Homofobia, demandaron a los legisladores la aprobación de las iniciativas de Ley de Identidad Jurídica Transexual y Transgénero y la tipificación de los crímenes de odio por homofobia.

A las 14:30 horas dio inicio un evento artístico y se nombró a la actriz Susana Zavaleta como Reina del Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual y Transgénero 2008.


Vehículo de CENSIDA

 

Hallé a una verdadera multitud de personas reunidas a lo largo del tramo que va desde la puerta de los Leones en Chapultepec, hasta la glorieta de la Palma del Paseo de la Reforma; hombres y mujeres; viejos, jóvenes y niños; travestís y osos; leathers y vaqueros; reinas y estripers; chicos "emos" exigiendo no ser discriminados ni reprimidos;  padres de familia con sus hijos gays, los hermanos y los amigos; activistas de la lucha contra el VIH-Sida y de organizaciones muy diversas....; en fin, una verdadera pléyade de personas festejando tan memorable ocasión. ¡Un verdadero día de fiesta en una de las más bellas avenidas de la Ciudad de México!..., y muy seguramente, la marcha más concurrida de nuestra historia que cumplió 30 años.

Y mientras caminaba, recordaba cuando -hace 30 años- mi amado amigo Álvaro (+) lo hacía a mi lado, retando a los curiosos y a los burlones, con su particular sentido del humor y belleza física, a que se deshicieran de sus tontos prejuicios, falsa moralidad y absurdas limitaciones, y se unieran al inédito desfile al que en aquel húmedo atardecer de junio fuimos convocados. Recuerdo que entonces los organizadores repartieron unos coloridos pliegos de papel de china, con una mariposa grabada y con la leyenda escrita "Soy homosexual, ¿y qué?". ¡Uy!..., mis ojos se nublaron al recordar a todos mis amigos que ya se han ido, al ver con frustración que no pudieron llegar a este festejo en el que -nuevamente- hombres y mujeres homosexuales mostraron los alcances de su orgullo, la fuerza del movimiento.

En el Paseo de la Reforma Padres de hijos gays
   
Guapa frente a la Torre Mayor Chicos de altura
   
Familias diversas En el Paseo de la Reforma
   
Caminando por el camellón lateral  ¡¿Listas chicas?!
   
Ramillete de guapas... Presencia de chicos emos
   
Jóvenes contra la violencia

Una vez que comenzó a avanzar aquel nutrido contingente humano -compactado en un kilómetro y medio o dos del Paseo de la Reforma-, caminé desde el frente y hasta la retaguardia, y nuevamente de regreso, para ver aquella diversidad de grupos, organizaciones políticas y ciudadanas, carros alegóricos de antros y sitios de reunión gay; miembros de instituciones gubernamentales y de salud; letreros promocionales de publicaciones impresas y electrónicas de la comunidad; grupos de amigos especialmente vestidos para la ocasión o personas que, como yo, decidimos ir solas a la marcha.

Mientras la marcha avanzaba de Poniente a Oriente sobre la avenida, nuevos grupos y personas se adherían a la larga fila donde, a diferencia de años anteriores, no se vio a las famosas "banqueteras" contemplativas. Resulta que los carriles centrales, los camellones, arroyos laterales y aceras de la avenida estaban inusualmente llenos de gente dirigiéndose al Zócalo capitalino y no -como era usual- de curiosos o gays de closet. Los vendedores ambulantes también invadieron los camellones, ofreciendo banderolas, collares, pulseras y todo tipo de recuerdos con los colores del arcoiris. Encuentros agradables y otros sorpresivos, y una inusualmente reducida y discreta presencia de la policía (que seguía el trayecto volando en un helicóptero azul metálico).

 

Paso de la Marcha por el Hemiciclo a Benito Juárez

 

Los primeros grupos que encabezaron a la marcha fueron los de la sociedad civil y, desde luego, muchos de los personajes que históricamente han representado al movimiento de liberación homosexual en México. Para agasajar el hambre de espectacularidad de los fotógrafos de la prensa, seguían las guapas travestís (unas, verdaderas reinas de la belleza..., otras no), los chicos estrafalarios con ingeniosos disfraces y los infaltables hombres guapos con cuerpos espectaculares.

En el auto de Tepoz SPA

 

¿Así o más abajo?

El chico favorito del fotógrafo....

 

El estado de Oaxaca presente

   
Chicas de aparador La simpática ganadora del concurso de belleza travestí
   
... ¡Papi hermoso! Highlanders
   
 Moreno de fuego  ¿Eres tú, Lorena?
   
Bailando, nos amanecemos... ... Otro guapo de Tepoz SPA
   
Grupazo frente a Catedral
   
Representante nipona... Miradas seductoras...
   

Me sentí sumamente complacido al percibir la festiva energía de quienes marchaban, así como constatar que -a pesar de los graves problemas económicos, sociales, políticos o de salud pública por los que pasa México-, nuestro colectivo derrocha optimismo, alegría por la vida y cobija aún esas aspiraciones libertarias que nutren a los movimiento sociales revolucionarios y, sin duda, a la esperanza. Vi a jóvenes -hombres y mujeres- sanos y vigorosos de espíritu, ejerciendo los derechos que a lo largo de 30 años conquistamos, pero exigiendo con decisión las libertades esenciales que les y nos siguen siendo negadas. También, saludé a hombres y mujeres que -con dignidad e inteligencia- han crecido y madurado a lo largo de estos 30 años, brindando con responsabilidad su experiencia y aportando su apoyo a las generaciones emergentes. Me dio mucho orgullo ver a una sociedad mucho más atemperada que, en lugar de proferir insultos a los travestís o contra los gays "estrafalarios", se acercaban a ellos para tomarse una foto con las cámaras de sus teléfonos celulares, bromeando y riendo en un gesto de aceptación y -quizás- hasta de hermandad.

Un poco más atrás de la espectacular marcha venían los vehículos de los antros, sitios de reunión y empresas gays de la Ciudad de México y de otras importantes localidades del país; desde pequeños automóviles hasta enormes traileres con plataformas llenas de gente bailando y tocando todo tipo de música a gran volumen.

Luchador en Mini-Cooper Lipstick Disco-Bar
   
El Jeep gris.... ... y el Jeep rojo
   
Fiesta en el Turibus
   
Las chicas del Cadillac rosa... Conferencia Mundial del SIDA 2008 en México
   
¡En marcha, capitán!... Trailes de G Natura, grupo nudista
   
Osos con torre... Antro móvil ...
   
Amos y esclavos.... Angelito preparándose para volar...
   
Osos en su carro de bomberos...
   
Vaqueros de CENSIDA Contribuyente del fisco ...
   
Guerrero romano entre leathers Amos y esclavos...
   
Dike on bike... White Party....
   
Trailer y rascacielos Tito Vasconcelos, actor, empresario y líder de la comunidad
   
El chico del Jeep gris.... Mundo emo....
   
Las gorditas también son bellas... En el trailer de Cabare-Tito
   
Bandera de globos
   
Chuecatown Mostrando lo que Dios le dio....
   
Viajando de "mosca"... David Rangel (derecha), empresario gay
   
 Y el seleccionado... ¡eres tú! Amantes de la edad de piedra
   
Pareja de dos guapos ositos ... Otro ramillete de guapos
   
Pareja sonriente Un guapo en el trailer de Manhunt
   
Domino Dancig bellas y triunfadoras
   
Guapo emplumado El resto de la tribu ...
   
... otro emplumado cachondo Criatura alada
   
Sauna rodante
   
¿Un masaje, mi rey? La chica de rosa
   
El chico de Mecos-Films ... otro ser alado
   
Batucada en Reforma Indígena sentada a lado de chicas exóticas
   
Grupo de marineros ¡Vamos, eso, chicos..., uno, dos!

Con la música tan buena que estaba tocando en modo aleatorio en mi I-Pod, y ante ese cúmulo de gente bonita en actitud festiva y positiva, ni siquiera me di cuenta de lo avanzado del trayecto y, cuando menos lo esperé, ya estábamos en la Alameda Central y a las puertas del Centro Histórico y del monumental Palacio de la Bellas Artes. Me apeteció subir al mirador de la Torre Latinoamericana para contemplar desde lo alto el paso del desfile. Cuando el caudal humano llegó al final de la Alameda Central y se encontró con la estrechez de la calle Francisco I. Madero, puerta de entrada al primer cuadro de la ciudad, bifurcó su marcha a la calle paralela, la de 5 de Mayo. A través de estas dos históricas calles, la marcha número 30 del orgullo gay de mi ciudad desembocó -finalmente- en el Zócalo.

Vista aérea del Hemiciclo a Juárez Frente al Palacio de las Bellas Artes
   
Cámara de Diputados Frente a las puertas del Banco de México
   
White Party Arcoiris de luchadores
   
La raza de cobre Angelito sonriente

Las chicas malas...

Poco a poco, la plaza principal del país se fue llenando con los participantes de la 30 marcha del Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual, Transgénero y Travestí de la Ciudad de México. Muchos permanecieron ahí hasta después de la puesta del sol y de una ligera lluvia veraniega; otros, agotados ya por tan larga caminata de tantos kilómetros, decidieron retirarse para descansar un poco y continuar la fiesta por la noche en alguno de los tantos antros que organizaron regias fiestas conmemorativas.

El festival cultural con el que se concluyó la trigésima marcha del orgullo gay contó con la participación, entre otros más, del flautista Horacio Franco; de la cantante y actriz Regina Orozco; del actor, empresario y líder político, Tito Vasconcelos; con Héctor Herrera Martínez, quien recibió un reconocimiento póstumo para su pareja, el inmortal dramaturgo y escritor mexicano Emilio Carballido; con algunos grupos musicales y cantantes juveniles (como Ari Borovoy) y, desde luego, con la nueva reina de la comunidad gay, Susana Zavaleta. He de confesarlo, tampoco llegué hasta ese momento del festival cultural...., pero también lo leí en los periódicos. Cuando comenzó a ocultarse el sol, regresé a casa a comer un rico sushi que me estaba esperando en el refrigerador...

Sin duda, un festejo a la altura de nuestro movimiento. Felicidades a todos aquellos que con imaginación, valentía y talento han apostado por la unidad y fortaleza de la comunidad gay de esta ciudad. Por ellos, este 30 aniversario del movimiento gay convocó a más de 200 mil personas, y eso es justamente lo que les diferencia de quienes siembran la confrontación, el encono y la división. ▄

Regina Orozco, actriz y cantante Horacio Franco, flautista
   
Horacio Franco, despidiéndose Tito Vasconcelos
   
Héctor Herrera recibe reconocimiento para Emilio Carballido (+)

Texto y fotografías: Paco Calderón ©

Ciudad de México, 28 de junio de 2008


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